Este artículo es la cuarta parte de una serie firmada por nuestro colaborador, el doctor Luis Fernando Lira Menéndez, Cirujano Plástico. Aquí puedes leer la primera, la segunda y la tercera parte.
Primero que nada, deben discutirse la cantidad y la forma de recibir los honorarios antes de la atención del paciente. Después, deben ser aceptados por el paciente y/o los familiares para continuar. Es importante destacar que los honorarios son independientes de que el paciente se cure o no. Aun en casos de enfermos incurables se perciben honorarios. Deben ir acorde con el servicio prestado y en relación con las costumbres del lugar. Una excepción para destacar será el caso de las personas con pocos recursos económicos, que deben ser asistidos gratuitamente cuando esto sea factible.
Factores a tener en cuenta
Los puntos por considerar para el cálculo de honorarios médicos considerando al médico como variable son, entre otros, su fama y prestigio, profesionalismo, la especialidad y/o subespecialidades o si cuenta con maestría (que lo capacita solo para docencia e investigación). Doctorados -que son logros académicos- y, por supuesto, la experiencia en las cuestiones a tratar, la capacidad de resolución de ciertos casos en particular, su disponibilidad de tiempo para brindar la atención son otros factores que podrían agregarse.
En relación con el acto médico se deben tomar en cuenta muchas cosas. Por ejemplo, la distancia al lugar a brindar la atención; el horario de atención; el grado de complejidad del caso; el tiempo requerido al diagnóstico o el tiempo requerido de tratamiento.
Además del tiempo requerido en la cirugía o procedimiento, grado de dificultad del caso a resolver, del equipo necesario, del seguimiento requerido hasta la resolución, la frecuencia y cantidad de las visitas médicas posteriores… Asimismo, la ética del médico y su moral para solicitar un pago justo por los servicios brindados, son otros factores que considerar.
En relación con el paciente se deben tomar en cuenta la calidad de los servicios solicitados; la cantidad de enfermedades generales de base y su grado de control previo a la atención solicitada. También son importantes los medicamentos que está tomando regularmente y la ingesta previa de anticoagulantes; tabaquismo, alcoholismo, drogas o productos de herbolaria que pudieran interferir en la adecuada atención del paciente en esta ocasión.
No obstante, otros factores que se deben tener en cuenta son el uso de medios especiales; las consultas urgentes, la distancia, la hora de atención, el costo de la vida cotidiana del sitio, el número de visitas necesarias hasta darle de alta, la fama o reputación del médico que solicita, la posición económica del paciente, la capacidad de pago y si cuenta o no con seguro de gastos médicos que cubra los honorarios correspondientes.
La problemática del tercer pagador
Tomando en cuenta al tercer pagador, ellos consideran cada atención en relación con un tabulador de procedimientos catalogados con precios previamente establecidos y de mutuo acuerdo entre el médico tratante y la compañía pagadora. La cual paga lo menos posible al médico y a la institución donde se le atendió; pone candados para el pago al médico y/o reembolso al asegurado.
Es un negocio jugoso cobrar mucho y pagar poco. No hay ética, solo procedimientos. Al tomar la oferta y la demanda siempre habrá médicos que accedan a cubrir dichos servicios; ya que, si no es uno el involucrado, otro estará en dicho lugar.
Debe tomarse en cuenta el lugar de la atención, ya que es diferente si es en el consultorio médico, en la casa del paciente, en la sala de urgencias, en la habitación del hospital o el pasillo de carrerita. Es diferente si es durante una reunión familiar o social, mediante WhatsApp, redes sociales o vía internet, como a través de una página web o teleconferencia en vivo.
La atención informal a conocidos
También debemos contemplar los compromisos personales y profesionales en que nuestros conocidos nos piden valoraciones, tratamientos e incluso cirugías que no les vamos a cobrar ni un solo quinto y lo manejaremos como cortesías.
No pagan, pero demandan atención extrema, ocupan más tiempo de lo habitual, generalmente vienen complicados, mal medicados, descontrolados, no quieren o no pueden invertir adecuadamente en lo que ocuparan para su atención médica y no toman sus medicamentos en tiempo, por lo que se complican más fácilmente.
Si son de escasos recursos, ¡consideran que uno debe costearle sus medicamentos y tratamientos incluidos en lo de free of charge!. Y no se diga: ¡si es médico, peor!, ya que no siguen indicaciones, opinan en su manejo, quieren hacer lo que ellos creen mejor sin tomar en cuenta al médico a cargo, de donde surge la frase: “si es doctor, ¡ni lo miren, mejor!”
Si nos referimos a los casos irrecuperables, buscan una propuesta milagrosa, que sustituya todo lo que están haciendo actualmente. Hacen mucha medicina alternativa, aun sin fundamento, mezclándolas sin seguir una sola línea terapéutica, con lo que se obstruyen simultáneamente sus efectos con los medicamentos alopáticos. Es decir: van a todas, pero no siguen ninguna.
No quieren pagar más honorarios, demandan mucha atención, tiempo en horarios y días no hábiles, lo que hace más difícil su atención. Todos los familiares opinan y discuten, pero a la hora de platicar sobre los honorarios, nadie acude, y menos están de acuerdo en cubrirlos en tiempo y forma para seguir su atención.
En algunos casos complicados debe considerarse la atención médica por varios especialistas y/o subespecialistas, que podrán y deberán cobrar honorarios por los servicios que individualmente haya prestado cada uno. Siempre buscando la pronta recuperación del enfermo y brindándole la mejor atención posible. No se considera dicotomía si el reparto de honorarios es entendido previamente por el paciente y sus familiares y si no hay cargos ocultos.
Luis Fernando Lira Menéndez, destacado cirujano que se formó como Cirujano General y Cirujano Plástico, Estético y Reconstructivo por el Sector Salud. Realizó una Especialidad en Acupuntura Humana en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otra en Homotoxicología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es experto en Abdominoplastia, Cirugía Posbariátrica, Aumento Mamario, Otoplastia, Rinoplastia y Corrección de Cicatrices, Cicatrización Anormal como Queloides e Hipertóficas.
dr@medicolira.com
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