Por el doctor Luis Enrique Zamora (Doctor Humano).
Acompáñame a conocer la historia de Lombardía y Veneto.
Lombardía y Veneto son dos de las veinte regiones que conforman la república italiana y, como toda Italia, han estado expuestas al Coronavirus desde la tercera semana de febrero aproximadamente.
Veneto, cuya capital es Venecia, detectó su primer caso de COVID-19 el 23 de febrero y Lombardía lo hizo 48 horas antes, el 21 (la capital de Lombardía es Milán, by the way).
Ambas regiones tienen un sistema de salud considerado como bueno. Detectaron sus primeros casos casi a la par, y han sido consideradas epicentro de la pandemia. También, hasta el momento, las dos han aplicado pruebas diagnósticas en similar cantidad. Sin embargo, es la diferencia entre la rapidez y amplia manera de aplicar estos test la que marcó la diferencia. Lombardía tiene aproximadamente 10 000 000 de habitantes y Veneto, la mitad.

Datos de COVID-19 en Italia hasta el 15 de junio del 2020.
Habiendo puntualizado estas características, cada una de estas regiones tomó caminos muy diferentes a la hora de enfrentarse al SARS-CoV-2.
Hoy, Lombardía es la región de Italia más dañada por la pandemia y Veneto, su vecina, lo ha hecho, sin duda, mucho mejor.
La estrategia de testeo ante la COVID-19
A continuación, te comparto sus números hasta el 29 de junio del 2020:
Lombardía
- Casos: 94 223.
- Muertes: 16 640.
Veneto
- Casos: 19 314.
- Muertes: 2008.
¿Cuál fue la diferencia?
La más palpable: la estrategia de testeo.
Dada la escasez inicial de pruebas, Lombardía decidió aplicarlas solamente a aquellos pacientes que tenían síntomas, pero peor aún, síntomas severos.
Los médicos generales atendían por teléfono y, si no había necesidad de hospitalizar desde su criterio, recomendaban quedarse en casa a la gente y ya. Todavía a finales de abril Lombardía negaba el examen de detección a quien abiertamente quisiera hacérselo. Su sistema de salud fue desbordado y hoy tienen más de 16 000 muertos.
El paso a la acción
Veneto, en cambio, en cuanto detectó el primer paciente (23 de febrero) buscó ayuda de los investigadores de la localidad de Padua, quienes, al pendiente de lo ocurrido en China, decidieron aprovechar y hacer un pequeño estudio epidemiológico. Objetivo: Testear a todos.
El estudio les enseñó que un 50% de los sujetos estudiados y positivos al virus eran asintomáticos, auténticos torpedos silenciosos listos para seguir expandiendo la infección.
Resultados listos, respaldaron su estrategia de vigilancia.
En cuanto había síntomas leves se aplicaba la prueba y, después del enfermo, a toda la familia que cohabitara con él (o ella, por si hay alguien considera que este artículo discrimina y todo eso).
Pero, además, agarraban a los últimos contactos (vecinos, etc.) que hayan estado cerca del paciente y también les hacían la prueba, aunque no tuvieran síntomas.
Igualmente, si alguien por teléfono era sospechoso, acudían a su domicilio a hacer la prueba, lo que evitaba el riesgo de que ese caso sospechoso pudiera contagiar a alguien al dirigirse a un hospital o consultorio.
Esta estrategia permitía dirigir el aislamiento y delimitar el alcance de la infección y, por si fuera poco, aplicaron el test a médicos, enfermeras, personal de asilos, de manera sistemática, sin que hubiera síntomas.
Dos estrategias, dos resultados
Los resultados hoy son más que visibles:
Veneto no llega aún a las 2 000 muertes y Lombardía va rumbo a las 16 500.
Otro dato curioso es que Lombardía siguió los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las directrices del ministerio de sanidad italiano y Veneto decidió principalmente por cuenta propia.
Como has visto, el número de pruebas entre ambas regiones es muy similar. Sin embargo, el tiempo y forma en que fueron aplicadas fue distinto: Veneto lo hizo de manera intensiva y desde el inicio, Lombardía requirió semanas para «agarrar vuelo» y el mal ya estaba hecho. El crecimiento exponencial de casos en cuestiones de COVID es tremendo (cada persona infectada puede contagiar en promedio a dos o tres más).
Ante tantas similitudes, la diferencia que inmediatamente salta a la vista es la estrategia de testeo que ambas regiones eligieron. Aunque no se puede decir que nada más por este detalle ocurrieron las cosas como ocurrieron, es algo muy importante a tomar en cuenta y, seguramente, determinante.
El escenario Veneto-Lombardía se convertirá en un clásico al analizar los puntos fuertes a considerar para una futura estrategia de contención en otra pandemia. Ya es uno de los más importantes a la hora de hablar del valor de las pruebas diagnósticas para la COVID-19, un experimento que fue inevitable y posible gracias a las decisiones de los gobiernos de cada región.
El valor de las pruebas de coronavirus
Más de uno dice que las pruebas no garantizan nada, que aplicando muchas tiene muchísimos casos (es cierto). Sin embargo, los coreanos tienen un mérito enorme: han mantenido al virus en la primera línea de defensa: Identifican a los infectados, y los aíslan junto con sus contactos si es necesario.
México, en cambio, no hizo cuarentena. Fue voluntaria, apelando a la cooperación de la población. Entre eso y el método Centinela, que como todo en Medicina tiene ventajas (es muy barato) y desventajas (no es tan exacto), explica mucho de lo que hoy estamos viendo en números para nuestro país.
Quien diga que no hay base científica para aplicar pruebas de manera sistemática y generalizada está equivocado, de la misma manera en que lo está quien cree que hacer pruebas masivas significa hacerle una a cada persona del país (espero que no pienses esa tontería).
Hacer pruebas no es barato, pero por eso siempre es mejor prevenir. Y, si ya estamos con el agua hasta el cuello, la única manera de combatir esto en un país sin cuarentena es delimitando los alcances de la infección, y la única manera de hacerlo es diagnosticando con pruebas, aunque te cueste mucho. Se te salieron las cosas de control, pues ni modo, te va a costar más, así es la vida. Esto de no hacer «tantos» exámenes se derrumbó desde el momento en que nos dimos cuenta de que los asintomáticos también contagian.
Siempre lo he dicho: si no hay dinero, debería decirse y listo. A ajustarnos con lo que tenemos, que así lo hemos hecho siempre, pero nuestro subsecretario ha declarado que no hacen pruebas por decisión propia. Lo cual, viendo a Lombardía y Veneto, hasta no demostrar lo contrario es claramente es un error (spoiler: no lo van a demostrar, no puedes combatir lo que no ves).
Cada vez que surge este tema de las pruebas diagnósticas y su importancia (donde unos apoyan que se hagan y otros concuerdan con el gobierno de que no), me acuerdo de Lombardía y Veneto, un ejemplo muy simple de entender que sigue ocurriendo (Italia sigue luchando contra el coronavirus), pero que muchos ciegos no pueden (ni quieren) ver.
La ciencia siempre tendrá la razón por sobre la política, digan lo que digan.
Si aun así insisten en que para qué las pruebas, solo diré lo que se encuentra en Mateo 13:9-18.
La historia hoy documenta, mañana juzgará.
Fin.
Luis Enrique Zamora Angulo, médico internista egresado del Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, se dedica desde 2013 activamente a la divulgación en medicina. Desde su fanpage de Facebook, su canal de YouTube “Doctor Humano” y su podcast “Medicina de andar por casa” -que produce él mismo-, comparte información confiable explicada de una manera amena y sencilla, entendible para todo público.
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