Además, los niños cuyas madres vivían cerca de las autopistas durante el embarazo tenían un 25% de posibilidades de desarrollar asma, según indica el estudio.
Según Hind Sbihi, de la Universidad British Columbia en Vancouver (Canadá), este estudio demuestra los riesgos que supone para un no nacido exponerse a la contaminación atmosférica a través del vientre materno. La polución ocasionada por el tráfico incrementa el riesgo de desarrollar asma antes de que el bebé tenga edad escolar, incluso en zonas con bajos niveles de contaminación.
Además, los bebés nacidos con bajo peso son más susceptibles de padecer problemas respiratorios ocasionados por la polución, según muestra el estudio.
Las investigaciones aseguran que el mayor problema está cuando se incrementan los marcadores de la contaminación del aire, es decir el dióxido de nitrógeno y el monóxido de carbono.
El estudio, publicado en European Respiratory Journal, analiza el papel de la variación de la contaminación del aire en zonas urbanas y el desarrollo del asma. Más de 65.000 niños canadienses fueron incluidos en el estudio y seguidos desde su nacimiento hasta los 10 años.
Los investigadores también hicieron un seguimiento de los casos de asma diagnosticado entre estos niños y evaluaron la exposición de las madres a los contaminantes del aire durante el embarazo. Para ello se centraron en el lugar de residencia de la madre y los contaminantes relacionados con el tráfico.