Con el objetivo de conocerlo, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington ha realizado un estudio que se publica en la revista Science Translational Medicine. Para ello, los científicos inyectaron células NK obtenidas de donantes sanos, las cuales habían sido inducidas para activar ciertas interleucinas (IL-12, IL-15 e IL-18).
Los pacientes del estudio no habían obtenido resultados favorables con quimioterapia. Sin embargo, a través de esta inmunoterapia, 4 de los 9 pacientes tratados consiguieron una remisión completa durante 6 meses. Uno de los pacientes tuvo una remisión parcial en el plazo de un mes. Los 4 restantes no respondieron al tratamiento con NK. La remisión más larga duró 6 meses, lo cual amplía al doble la esperanza de vida de estos pacientes, pues, habitualmente, no aguantan más de 3 meses si no han respondido a ninguna terapia previa.
Otros ensayos clínicos realizaron experimentos con células NK, sin embargo, estas no se activaron de la misma manera, y solo obtuvieron 1 respuesta favorable de los 15 tratamientos realizados. Este trabajo demuestra que, la activación de IL-12, IL-15 e IL-18, aumenta la potencia de las células NK para luchar contra la leucemia, frente a una inyección de NK no “entrenadas”.
De esta forma, las células reconocen mejor las células de leucemia con las que se encontrarán después, tal y como explica Fehniger: "Se puede pensar en el período de activación en el laboratorio como una especie de campo de entrenamiento: exponer las células a algunas de las condiciones y las señales que van a encontrar en el cuerpo del paciente. Así, cuando las células NK ven el verdadero cáncer por primera vez, se acuerdan de su formación y responden con mayor eficacia que las células que no tienen esta exposición ".
Esta terapia celular implica que el paciente debe someterse a quimioterapia para suprimir el sistema inmunitario, de tal forma que las células NK activadas del donante tengan el tiempo y el espacio suficiente para multiplicarse en el torrente sanguíneo del paciente y para buscar a las células cancerosas.
"Se trata de un estudio pequeño, pero una tasa de respuesta del 50% es prometedora, ya que se trata de pacientes con un pronóstico muy pobre, y muy pocas opciones", explica Todd A. Fehniger, investigador principal del estudio. "Muchos de estos pacientes son mayores y no son candidatos para trasplantes de médula ósea tradicionales debido a los efectos secundarios asociados a un tratamiento tan agresivo."