Las células T tienen un papel importante en el sistema inmunológico del organismo, pues se encargan de que los virus, las bacterias y las células cancerosas no invadan el sistema. Por este motivo, muchos investigadores estudian los mecanismos metabólicos que provocan la activación de estas células.
Entre ellos, Roger Geiger, investigador del estudio, decidió analizar cientos de metabolitos y miles de proteínas dentro de las células mediante técnicas basadas en espectrometría de masas. Así, pudo identificar la arginina como uno de los posibles factores de interacción y activación de los linfocitos T.
Para conocer si la arginina podría utilizarse con una finalidad terapéutica, se administró a sujetos con L-arginina por vía oral. Al dotarlas de esta sustancia, las células T tuvieron una mayor capacidad de supervivencia y mejor acción frente a los tumores. Además, los científicos identificaron 3 proteínas que incrementaban los niveles de L-arginina, y que evitaban la ingesta directa del aminoácido.
La L-arginina se obtiene, generalmente, a través de la ingesta de nueces, judías blancas, carne roja o productos lácteos. También se genera químicamente en el laboratorio para tratar enfermedades como los problemas cardiovasculares, arteriales o renales, y se encuentra presente en algunos fármacos, como algunas variedades de ibuprofeno, para acelerar el proceso de absorción.