Según las conclusiones, los resultados permitirían diseñar nuevas terapias para prevenir complicaciones vinculadas a la inmunodepresión e inflamación crónica presentes en algunas enfermedades asociadas al envejecimiento y con mayor frecuencia en las personas con VIH.
El estudio analizó los niveles de actividad de bacterias intestinales presentes en las heces de sujetos sanos y de pacientes con VIH. Dichos niveles variaron drásticamente dependiendo del grado de control de la infección por VIH y su recuperación inmunológica, lo que sugiere que existe una interrelación entre la actividad bacteriana y la respuesta inmune.
Sergio Serrano-Villar, investigador del estudio, explica que “las bacterias intestinales de los pacientes con VIH cuyo organismo responde adecuadamente a los antirretrovirales tienen una composición y comportamiento diferentes a los que experimentan una recuperación insuficiente durante el tratamiento. Es posible entonces que algunos sujetos respondan mejor a los antirretrovirales porque su sistema inmune favorece la presencia de esas bacterias beneficiosas que, al mismo tiempo, contribuyen a la mejoría del sistema inmune”.
Por este motivo, la combinación de terapias destinadas a la modulación de la microbiota intestinal puede provocar un efecto saludable en las personas con VIH pues crearían condiciones favorables para la recuperación inmunológica. Los investigadores consideran que diseñar nuevos alimentos probióticos podría ser una opción de tratamiento.