El primer mapa genético de las proteínas humanas ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Este mapa genético permitirá saber más sobre las causas de distintas patologías y ayudar en el diseño de nuevos fármacos. Los resultados de la investigación se han publicado recientemente en la revista Nature, tal y como ha informado la agencia EFE.
Este mapa genético de las proteínas humanas se ha obtenido después de caracterizar las bases genéticas de los proteomas del plasma sanguíneo a partir de la identificación de cerca de 2.000 asociaciones genéticas con casi 1.500 proteínas. Para llevar a cabo este proceso, han usado una tecnología llamada SOMAscan® para medir 3.600 proteínas en la sangre de 3.300 personas.
“En comparación a los genes, las proteínas no han sido tan estudiadas en la sangre humana, incluso aunque actúen como los efectores de la biología humana, se vean alteradas en muchas enfermedades y, además, sean el objetivo de muchos fármacos”, ha apuntado Adam Butterworth, autor principal del trabajo, para quien las nuevas tecnologías están haciendo posible que se reduzca la falta de conocimiento sobre este campo.
Este mapa genético de proteínas puede servir para identificar las rutas biológicas que dan lugar a patologías como el eccema o la enfermedad de Crohn. “Gracias a la revolución de la genómica en la última década, hemos mejorado en la búsqueda de asociaciones entre el genoma y la enfermedad, pero el problema ha estado en la identificación de los genes y las vías que provocan las dolencias”, ha explicado el investigador James Peters.
“Ahora, con la combinación de nuestra base de datos y lo que sabemos sobre la asociación de variantes genéticas y las enfermedades, somos capaces de dar más respuestas acerca de la biología de las enfermedades”, ha agregado.
Por su parte, Metin Avrikan, director asociado de la Fundación Británica del Corazón, ha apuntado que las variaciones en cantidad, función y estructura de las proteínas codificadas por nuestros genes “determinan nuestra resistencia a las enfermedades y las respuestas a las medicinas”. Este nuevo mapa genético, en su opinión, “provee una nueva visión sobre cómo las proteínas en la sangre están controladas por nuestro sistema genético y abre oportunidades para desarrollar nuevos tratamientos”.