“Las leucemias suelen surgir de múltiples cambios genéticos simultáneos. La mayoría de los estudios anteriores no han obtenido suficientes datos genómicos para identificar las mutaciones y reconocer sus asociaciones”, asegura Charles Mullighan, autor del estudio.
Tras realizar la secuenciación genómica, los científicos identificaron 106 genes implicados en un mal funcionamiento de las células T que pueden desencadenar el cáncer. La mitad de los genes en los que se identificaron las mutaciones no habían sido relacionados previamente con la leucemia linfoblástica aguda en niños.
Los pacientes tenían un tratamiento pautado uniforme lo que permitió que los autores pudieran establecer asociaciones significativas entre la genética relacionada con el cáncer y la respuesta que ofrecían a diferentes tratamientos.
Mutaciones desconocidas
“Nos sorprendió que más de la mitad de las mutaciones no fueran conocidas. Nos pareció inesperado y sorprendente que algunas mutaciones se encontraran exclusivamente en algunos subtipos de leucemia linfoblástica aguda pero no en otros”, Stephen Hunger, investigador del Children's Hospital of Philadelphia.
La secuenciación genómica confirmó que la leucemia linfoblástica aguda había sido impulsada por algunas vías de señalización conocidas entre las que se incluían JAK, Stat, Ras and Pten y PI3K. “Consideramos que este hallazgo podría servir para producir fármacos inhibidores de una de las vías de manera eficaz”, asegura Mullighan.
La multitud de nuevas mutaciones descubiertas permitirá a los investigadores mejorar la ingeniería genética para crear nuevos modelos de ratón que reflejen “más fielmente las leucemias que vemos en los seres humanos”, declaran los expertos.
En el estudio colaboraron el St. Jude Children's Research Hospital, el Pediatric Cancer Genome Project de la Universidad de Washington, el Children's Oncology Group y el National Cancer Institute's Therapeutically Applicable Research to Generate Effective Treatments initiative.