Este método se llama criobiopsia endobronquial, y ya se ha usado en 6 pacientes con buenos resultados. Esta técnica permite conseguir muestras de tejido más grandes y en mejores condiciones para hacer un estudio anatomopatológico, ya que, antes de extraerla, la muestra se congelará con una criosonda que evitaría alteraciones en los tejidos extraídos.
Además, esta técnica se puede hacer de manera ambulatoria y es menos invasiva que la biopsia quirúrgica usada hasta hoy para confirmar los diagnósticos de una EPID cuando las demás pruebas no eran concluyentes. Realizar un diagnóstico diferencial puede ser complejo y, a veces, necesita un equipo multidisciplinar y muestras de tejido alveolar.
Con la criobiopsia endobronquial se podrá llegar a un diagnóstico certero sin necesidad de operar al paciente utilizado un videobroncoscopio, con anestesia y ventilación mecánica. Cada día, se tomarán un mínimo de 4 muestras de 4 cm, más o menos, y la técnica se guiará por imágenes de rayos X.
Desde este hospital informan de que, si hubiera hemorragias, se trabajaría con un catéter con balón de oclusión que se pone en la zona biopsiada para controlar y taponar las posibles hemorragias. Una vez acabado el procedimiento, se haría una radiografía de tórax y el paciente se quedaría una noche ingresado antes de regresar a su casa.
"Estamos ante una técnica mínimamente invasiva, en la que se accede a la zona a biopsiar a través de la boca, con muchas ventajas para el paciente, y que nos permite realizar un diagnóstico más eficiente de las enfermedades pulmonares intersticiales difusas”. Eva Martínez Moragón, jefa del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Doctor Peset.
En el Hospital Universitario Doctor Peset, realiza la criobiopsia endobronquial un equipo formado por 2 broncoscopistas, enfermeros, una anestesista y un técnico en radioscopia. Esta técnica también puede servir para tratar lesiones que obstruyan los bronquios y estén provocadas por tumores en algunos de los casos.