El objetivo del proyecto de ley, denominada Comprehensive Addiction and Recovery Act, es ayudar en el desarrollo de tratamientos y programas para luchar contra el abuso de los opioides. De acuerdo con las cifras del U.S. Centers for Human and Health Services, cerca de 2,2 millones de americanos necesitan ayuda para abandonar el consumo de estos fármacos.
Pese a que la Casa Blanca ha reconocido que la financiación con la que parte el proyecto de ley no es la deseada, la norma saldrá adelante porque “es mejor realizar alguna acción que ninguna”. El senador republicano de Ohio, Rob Portman, ha destacado que “esta es la primera vez que vamos a tratar la adicción a los opioides como la enfermedad que es. Pondremos fin al estigma que acompaña al abuso de los opioides”.
Pese a que el proyecto de ley pone de manifiesto la intención de demócratas y republicanos por dar una solución al problema, el senador demócrata de Nueva York, Charles Schumer, ha criticado que el proyecto de ley “es como el set de una película de Hollywood: aparece como real pero no tiene ni sustancia ni vida detrás”.
El abuso de opioides ha causado 28.000 muertes en 2014, año en el que ha alcanzado su record, según las cifras del U.S. Centers for Disease Control and Prevention. Los opioides más prescritos fueron la oxicodona, hidrocodona y el fentanilo. Las muertes relacionadas con la sobredosis de heroína también han crecido en 2014, triplicándose desde 2010 y alcanzando los 10.500 fallecidos.
El proyecto de ley, en caso de aprobarse como ley, también proporcionará una nueva formación para el personal de emergencias en la administración de medicamentos para revertir las sobredosis de opioides y ayudar a la comunidad en la compra responsable de estos fármacos. El presidente Obama ha solicitado 920 millones de dólares para financiar los programas de tratamiento del abuso de opioides durante 2 años.