Los autores de este trabajo, que recoge EurekAlert, consideran que es el primero que mide la variabilidad de la prescripción y su impacto en el abuso a largo plazo de los opioides. Los investigadores recuerdan que el consumo prolongado de opioides aumenta el riesgo de abuso, adicción e incluso de sobredosis.

Más de 15.000 personas en Estados Unidos murieron a causa de una sobredosis de opioides en 2015, asegura la investigación. Los resultados de este estudio ponen de relieve la necesidad de mejorar la educación y la formación de los médicos en relación a la prescripción de estos fármacos. El reto es aunar los patrones de prescripción de opioides para reducir la variabilidad entre profesionales.

El autor principal del estudio, Michael Barnett, ha subrayado que una de cada 48 personas a las que se les prescribe un opioide terminará abusando de estos fármacos. Los resultados mostraron que los pacientes a los que el médico ve de forma regular son más propensos a recibir una receta de opioides que aquellos a los que trata con menos frecuencia. De hecho, destaca el estudio, los pacientes que eran tratados con una mayor frecuencia eran un 30% más propensos a convertirse en consumidores habituales de opioides.

“Un médico que prescribe un opioide tiene que ser consciente de que existe un riesgo significativo de que el paciente siga consumiendo este fármaco a largo plazo, incluso a partir de una única receta, corta, inicial”, concluyen los investigadores.