Según señalan los expertos, los antirretrovirales han mejorado tanto la esperanza de vida que las personas fumadoras con VIH podrían tener más motivos para temer al tabaco que al propio virus. “Gracias a los antirretrovirales, las personas con VIH viven más tiempo. La mala noticia es que viven lo suficiente como para desarrollar un cáncer”, señala el especialista de medicina intensiva pulmonar.
Los autores estiman que el 40% de las personas con VIH son fumadoras en comparación con el 15% de la población adulta general. Por este motivo, dejar de fumar debería ser un enfoque terapéutico, según señalan. El VIH puede generar una visión fatalista de la vida y derivar en depresión, lo que provoca que, con frecuencia, comiencen a fumar.
Dejar de fumar, tan importante como el tratamiento
El estudio, publicado en el JAMA Internal Medicine, utilizó un modelo de simulación informático para estimar el riesgo de cáncer de pulmón entre las personas que tienen VIH en Estados Unidos en función de si fumaban, habían fumado alguna vez o nunca lo habían hecho, la frecuencia de consumo (número de cigarrillos diarios) y si tomaban medicamentos antivirales. También evaluaron otros riesgos que incrementan al fumar, como las enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores descubrieron que el 25% de los sujetos adheridos a los antirretrovirales que fumaban podrían morir de cáncer de pulmón. Si dejaban de fumar a los 40 años, solo el 6% de las personas fumadoras con VIH morirían por cáncer de pulmón. Asimismo, las personas fumadoras con VIH tienen entre 6 y 13 veces más de probabilidades de morir de cáncer de pulmón que de sida, dependiendo del grado de tabaquismo y del sexo.
Las personas que más fumaban tenían hasta un 30% de probabilidades de morir por cáncer de pulmón. En los casos en los que las personas fumadoras con VIH no estaban completamente adheridas al tratamiento y no lo seguían de manera estricta y que, por tanto, tenían más probabilidades de morir por sida, morían de cáncer de pulmón en el 15% de los casos.
Según la simulación, aproximadamente, 60.000 personas morirían por cáncer de pulmón en Estados Unidos, lo que abarca un 10% de toda la gente que está siendo tratada por VIH, tanto fumadores como no fumadores. Por este motivo, “deben integrarse programas para dejar de fumar en el abordaje del VIH, de la misma forma que se realiza con la terapia antiviral”, concluye el especialista en cuidados críticos.