“Encontramos un aumento de enfermedades no cardiacas primarias asociadas con un incremento de comorbilidades cardiacas secundarias. Ello sugiere que los pacientes con enfermedades previas del corazón ahora son admitidos en las UCI cardiacas por patologías que cualquier paciente puede padecer”, como la sepsis o la insuficiencia renal, asegura Shashank S. Sinha, autor principal de la investigación.
Los investigadores recopilaron datos de 3,4 millones de admisiones de pacientes en UCI cardiacas entre los años 2003 y 2013. A través de ellos, los científicos observaron que el 51,7% de los ingresos se asoció con un diagnóstico no cardiaco primario en el año 2013, frente al 38% del año 2003. Las tasas de enfermedades infecciosas (15,1%) y enfermedades respiratorias (7,6%) fueron las razones no cardiacas con mayor tasa de ingreso en las UCI cardiacas.
Misma tendencia en todas las UCI
Mientras tanto, las UCI cardiacas registraron menos pacientes que tuvieran un diagnóstico primario de enfermedad coronaria. La insuficiencia cardiaca, la enfermedad vascular pulmonar, la cardiopatía valvular y la insuficiencia renal fueron algunas de las comorbilidades que los investigadores observaron que habían incrementado a lo largo de los 10 años de seguimiento de la investigación.
“Los pacientes de las UCI cardiacas están teniendo la misma tendencia que se ve en las UCI de atención general: que la sepsis y la insuficiencia respiratoria son cada vez más frecuentes”, señala Sjoding, autor del estudio.
Los investigadores consideran que la colaboración entre cardiólogos e intensivistas será cada vez más directa. Por este motivo, es posible que los cardiólogos tengan una necesidad mayor de adquirir conocimientos adicionales en cuidados críticos y que los intensivistas que tienen conocimientos en Cardiología necesiten profundizar en enfermedades no cardiacas para mejorar el tratamiento de otras afecciones como las enfermedades infecciosas o la insuficiencia respiratoria.