La investigación evaluó cómo se sentían los médicos de la UCI al comunicar los problemas con los que se encontrarán los pacientes en la etapa final de sus vidas. Para conocer sus opiniones, los científicos realizaron una encuesta de 30 preguntas en las cuales se hablaba sobre cuestiones éticas, religiosas, las actitudes que tenían sobre un grupo específico de pacientes, así como las habilidades de comunicación en 174 instituciones de 40 países.
En total, se completaron 10.106 encuestas, las cuales mostraron que el 30% de los profesionales de atención médica y el 11,5% de los médicos permiten que otra persona notifique la muerte de un paciente a los familiares. Además, solo un tercio de los profesionales sanitarios encuestados habían recibido formación para comunicar malas noticias.
Los estudiantes de Medicina recibieron menos formación que otros profesionales sanitarios. Los médicos con más años de experiencia compensaban la falta de formación a la hora de comunicar malas noticias. Además, los autores observaron que las enfermeras de la UCI sin experiencia no proporcionaban malas noticias a los pacientes o sus familias. Asimismo, las mujeres daban un mayor número de malas noticias relacionadas con la muerte que los hombres.
“Aprender habilidades de comunicación interpersonal, incluidas las malas noticias, debe ser parte de todos los programas de formación sanitaria a nivel mundial. Los esfuerzos para proporcionar herramientas de comunicación son necesarios para brindar una mejor atención al paciente”, ha señalado Joseph Varon, investigador principal de estudio.