Según dicho estudio, un subtipo de anticuerpos conocidos como antifosfolípidos IgA-aB2GP1 están presentes en algunos pacientes candidatos a trasplante de corazón y se han relacionado con complicaciones graves en el periodo inmediato posterior a la cirugía. Esta evidencia no se había descrito anteriormente, tal y como destacan los autores.
Tras analizar a pacientes con trasplante de corazón en este centro sanitario, los autores comprobaron que dichos anticuerpos estaban presentes previamente hasta en un tercio de ellos, lo que podía provocar, en ocasiones, el fallecimiento. Ello implicaría una autoinmunidad generada por el sujeto que se encuentra en una enfermedad cardiológica avanzada, según detallan.
La presencia de antifosfolípidos IgA-aB2GP1 se asoció con mayores tasas de mortalidad tras la intervención quirúrgica y con la aparición de complicaciones trombóticas en comparación con aquellos pacientes que no tenían los anticuerpos analizados. Por ello, los expertos explican que su presencia podría implicar fallos en el funcionamiento del injerto cardiaco mediado por trombosis en los vasos pequeños del corazón implantado.
Causa de complicaciones
Actualmente, la tasa de supervivencia de los pacientes que se han sometido a un trasplante de corazón ronda el 84,5% y el 72% a los 5 años de la cirugía, lo que implica muy buenos resultados, según señalan los especialistas del estudio. No obstante, una de las complicaciones más inexplicables al poco tiempo de la intervención es el fracaso primario, que supone una de las causas más frecuentes de mortalidad.
El fracaso primario podría suponer el 38% de las causas de mortalidad precoz, según estiman los investigadores del estudio. El Hospital 12 de Octubre ha realizado 563 trasplantes de corazón desde su comienzo de actividad en 1991. De ellos, este problema supondría el 10% de los casos, si bien todavía se desconocen cuáles son las causas que lo provocan.
Los científicos consideran que sería necesario validar los resultados mediante otros estudios prospectivos y multicéntricos. En caso de que se confirmaran, los anticuerpos antifosfolípidos IgA-aB2GP1 podrían utilizarse como biomarcadores para conocer el éxito en el trasplante cardiaco y su correspondiente prevención a través de la administración de anticoagulantes con el objetivo de reducir el riesgo de trombosis.