“Las varices pélvicas son más frecuentes en mujeres que han tenido varios embarazos y es típico que empeoren con cada gestación. Otras posibles causas son las alteraciones hormonales, las compresiones mecánicas de las venas de la pelvis por otras estructuras, sin olvidar los factores hereditarios”, explica Stefanov Kiuri.
Se trata de un problema provocado por el desarrollo de venas dilatadas e incompetentes, localizadas en el hemiabdomen inferior y la pelvis. “Habitualmente se afectan las venas gonadales u ováricas y, con menor frecuencia, las venas hipogástricas, siendo todas ellas las vías de drenaje venoso de la pelvis. Cuando enferman, producen varices alrededor del útero, trompas de Falopio y ovarios; en casos avanzados, pueden englobar la vejiga y otros órganos pélvicos", señala el doctor.
Por su parte, el síndrome de congestión pélvica se manifiesta como dolor crónico, localizado habitualmente en la parte inferior del abdomen y en la zona dorso lumbar. Se trata de un dolor sordo, cíclico, que empeora con las menstruaciones y se hace más intenso con ciertas posiciones corporales y tras pasar mucho tiempo de pie. Se asocia también a irregularidad menstrual, a dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) y, en ocasiones, a molestias urinarias.