Dónde se acumula la grasa viene determinado por los genes en gran medida. Así se deduce de un estudio de investigadores de la Universidad de Upsala (Suecia). El trabajo incluye datos de cerca de 360 000 personas que participaron en el estudio UK Biobank de forma voluntaria. Los resultados se han publicado recientemente en la revista científica Nature Communications.
Según informa la agencia EFE, dónde se acumula la grasa varía en función del sexo. “Sabemos que las mujeres y los hombres tienden a almacenar grasa de manera diferente”, señala Mathias Rask-Andersen. Autor principal del artículo, es investigador del departamento de Inmunología, Genética y Patología de la Universidad de Upsala.
En el caso de los hombres, la grasa suele acumularse en torno al abdomen. En las mujeres, por su parte, tiende a almacenarse en las caderas y las piernas. Una diferencia que se ha atribuido a los efectos de hormonas sexuales como el estrógeno. “Pero los mecanismos moleculares que controlan este fenómeno son bastante desconocidos”, apunta el investigador.
Dónde se almacena la grasa
Para encontrar una explicación a dónde se acumula la grasa, los investigadores analizaron datos de casi 360 000. Eran voluntarios de UK Biobank, de los que se analizaron millones de variantes genéticas. El estudio permitió identificar cerca de 100 genes relacionados con la distribución del tejido adiposo en el cuerpo humano. Algunos de ellos dan forma a la matriz extracelular, que interviene en la organización funcional y estructural de los tejidos.
Estos resultados sugieren que la remodelación de la matriz extracelular está detrás de la distribución de la grasa. El hallazgo puede ayudar a desarrollar intervenciones que reduzcan el riesgo cardiovascular. Un riesgo mayor en los varones, en parte como consecuencia de la acumulación de grasa en el abdomen.
“Los sistemas biológicos que destacamos en nuestro estudio tienen el potencial de ser usados como puntos de intervención para nuevos medicamentos que tengan como objetivo mejorar la distribución de la grasa corporal y, por tanto, reducir el riesgo de enfermedad”, destaca Rask-Andersen.