“La curación de heridas es más deficiente a medida que envejecemos, pero si encontramos la forma de reforzar el movimiento de las células de nuestra piel, podríamos encontrar un método que acelerara este proceso. Esto sería especialmente beneficioso para las personas con problemas de úlceras cutáneas”, señala Jonathan Jones, director de la facultad de Biociencia Molecular de la Universidad de Whasington.
Las heridas en la piel se curan por el contacto con las células cutáneas y sus proteínas. Los científicos estadounidenses han observado que las células disuelven la sustancia pegajosa que las unen y se desplazan hacia la parte dañada de la piel para reutilizar parte de sus proteínas en curar la herida, al igual que generan más células para formar nueva piel. “Es ahí donde queremos intervenir, para que este “paseo celular” sea más rápido” explica Jones.
Para poder observar este proceso celular, los científicos han utilizado un microscopio de alta resolución capaz de tomar imágenes detalladas de los desplazamientos de las células. De esta manera han comprobado que las células utilizan sus bordes exteriores para impulsarse. Los expertos creen que un musculo proteico interno permite a las células obtener la fuerza para moverse, aunque según señalan, necesitan seguir investigando para conocer con exactitud todo el proceso.