El bioquímico Rob Pike, autor principal del estudio, ha propuesto utilizar una cadena de 3 enzimas, llamada bromelina, que se encuentra en los brotes y las raíces de esta fruta tropical, para sustituir el uso abusivo de fármacos antibióticos.
El científico, ha probado la eficacia de estas proteínas como tratamiento antibacteriano en una cepa de lechones afectados de diarrea. A diferencia de los medicamentos, que se dirigen directamente al microorganismo infeccioso, las enzimas de la piña se adhieren a las paredes del intestino.
Al ocupar este lugar, impiden que las bacterias puedan acomodarse y evolucionar, funcionando así como tratamiento para la diarrea. Dadas las similitudes fisiológicas y anatómicas entre las dos especies, los científicos creen que la bromelina podría ser también un tratamiento apropiado para los seres humanos.
En cualquier caso, “solucionar la causa más común de muerte en lechones sin usar antibióticos, también elimina las sustancias dañinas de la cadena alimentaria y la dieta humana”, señala Pike.
“El uso indiscriminado de antibióticos ha dado lugar a bacterias super resistentes capaces de matar a más personas de las que fallecen al año por cáncer”, recuerda Pike, “ahora es el momento de desarrollar alternativas, porque la gente es consciente de que los antibióticos están obsoletos y necesitamos algo para reemplazarlos”.
La bioquímica y bióloga molecular, Lakshmi Wijeyewickrema, también de la Universidad de La Trobe, está llevando acabo más ensayos de este tipo, aún en fase de experimentación animal, en la industria biotecnológica Aantara Lifesciences.