Los enfermos de asma y alérgicos presentan un organismo hiperactivo que genera antígenos que permiten frenar el avance del cáncer de páncreas. Al menos es lo que se deduce de un estudio llevado a cabo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Nuria Malats, epidemióloga, informa de que en 2017 se produjeron más muertes por cáncer de páncreas que de mama. “Nos hemos olvidado de él” y “es un cáncer que está fuera de control tanto en Europa como en Estados Unidos”, asegura la investigadora. En este sentido, recuerda que su sueño sería terminar la carrera creando un algoritmo capaz de determinar el riesgo real de cada persona. El objetivo es “poder adelantarnos a los síntomas porque, una vez dan la cara, es demasiado tarde”, reconoce.
Además, incide en que este tumor no solo mata a los pacientes, sino que termina también con las carreras investigadoras. Esto se debe a lo poco que se consigue avanzar en su estudio. La investigadora admite que solo un 5% de los pacientes sobreviven más de 5 años tras el diagnóstico y el 75% no supera el primer año. Es por ello que se le considere el cáncer más letal. “El 80% no pueden beneficiarse de una cirugía radical, los tumores suelen ser muy pequeños y ya son metastásicos”
El otro motivo principal se debe a que luchar contra esta enfermedad es difícil porque “sus síntomas son muy poco específicos”. Los pacientes van al médico de Atención Primaria por dolores de espalda, cansancio, dolores de cabeza…, y los terminan derivando a especialistas de trauma”. Malats sabe que la clave está en adelantarse a este momento, en ir a un mejor cribaje y “conseguir dar con mejores marcadores que sean capaces de identificar hasta los tumores más pequeños”.
Promotora del estudio
Esta científica es una de las promotoras de un estudio en el que participan 6 países y en el que se han analizado 2 500 casos. Con este análisis, ponen en marcha una nueva línea de investigación: el asma y las alergias crean un efecto protector frente al tumor de páncreas. El motivo podría deberse a que “las personas con problemas de asma o de alergias tienen el sistema inmune hiperactivado”. A juicio de la investigadora catalana están más preparados para crear antígenos que hacen frente al tumor.
Asegura que van a empezar con diferentes tipos de alergia para saber cuáles exactamente protegen y poder caracterizarlo mejor. Esta defensa de las dolencias que atacan directamente a nuestro organismo también podría estar detrás de la ineficacia de la inmunoterapia que, por el momento, no ha dado ningún buen resultado. No obstante, ya trabajan en su segunda fase, utilizando la bioinformática y pruebas en animales para acotar esas enfermedades inmunes.
Colaboración
Para seguir avanzando en esta línea necesitan la colaboración de los pacientes. Pero la investigadora española asegura que resulta difícil porque “hasta hace poco no existía una asociación de pacientes”. A su juicio, el motivo es evidente: los enfermos fallecen muy rápido y los familiares sufren un shock. No obstante, considera que poco a poco se van dando pasos.
“En el Hospital Ramón y Cajal el jefe de Oncología, Alfredo Carrato, ha creado un registro de páncreas familiar. Gracias a eso, han sido capaces de detectar 3 casos de forma precoz”, reconoce Malats. A su entender, este proyecto es clave para “conseguir adelantarnos al tumor”. El 10% de los casos tienen un origen familiar, de los cuales el 2% tienen su origen en mutaciones conocidas, pero “el resto las desconocemos”.
Todas estas novedades son las que están ayudando a que las instituciones europeas “por fin se den cuenta del problema y la consideran una enfermedad descuidada”. Gracias a ello, se plantea una acción conjunta en la que estén implicados todos los países y “nos vamos complementando con los diferentes institutos. Asimismo, lanza un mensaje: “que este tumor esté tan olvidado, se debe a la falta de conocimiento”. El 64% de la población desconoce dónde está el páncreas. Además, es un problema de salud que se está agrabando con el aumento de la obesidad, la diabetes y el uso excesivo de antibióticos.