Los científicos evaluaron el número y tipo de bacterias existentes en las heces de 12 pacientes que habían tenido lesiones graves y que habían sido ingresados en la UCI. Las muestras se recogieron en el momento de la admisión, a las 24 horas y 72 horas más tarde. Estas se compararon con muestras de heces de 10 personas que habían acudido al mismo centro pero que no estaban críticos y que no requirieron un ingreso en la UCI.
Las muestras recogidas durante la admisión de los pacientes fueron equiparables en los 2 grupos de pacientes. Sin embargo, se comenzaron a observar diferencias a partir de la muestra obtenida a las 24 horas. A las 72 horas, las muestras de heces mostraron que las bacterias bacteroides, las fusobacterias y las verrucomicrobia prácticamente habían desaparecido, mientras que las especies de clostridios y enterococos habían aumentado.
Estudios similares
“El corto periodo de tiempo en el que ocurren estas alteraciones también es notable. La modificación de las bacterias intestinales representa un fenómeno crítico no observado previamente que puede influir en el curso clínico y en los resultados tras un traumatismo grave”, señalan los autores.
Los investigadores advierten de que el tamaño de la muestra es pequeño y que se necesitan más estudios que confirmen estos resultados. No obstante, indican que existen otras investigaciones que apuntan a que la enfermedad crítica podría estar relacionada con modificaciones en el microbioma y que los pacientes quemados también muestran cambios en la cantidad de bacterias intestinales que podrían estar asociadas a un mayor riesgo de sepsis.
“Se sabe que la composición de las bacterias intestinales modifica la inflamación y está relacionada con una variedad de resultados clínicos en el paciente que está gravemente enfermo”, afirman los investigadores. “Implementar un modelo probiótico o recomendar sobre la introducción de cambios en la composición microbiana después de una lesión grave podría ser una herramienta poderosa en la UCI”, han concluido.