El uso abusivo de antibióticos podría reducir la eficacia de los tratamientos destinados a eliminar la bacteria Helicobacter pylori. El Servicio de Aparato Digestivo del Complejo Hospitalario de Toledo demuestra esta conclusión en un estudio publicado en la revista Helicobacter, con la participación de investigadores como Julio Valle Pablo Muñoz, María Abanades y José Javier Blanco, según informa el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).
El 40% de la población española está infectada por Helicobacter pylori, según han informado los expertos que han participado en el estudio. La bacteria es asintomática si bien, en algunas ocasiones, puede originar úlceras en el estómago o el duodeno por lo que es preciso eliminar la bacteria para tratar las úlceras. Los investigadores observaron que los tratamientos para tratar la infección son cada vez menos eficaces, motivo por el que quisieron indagar sobre las posibles causas.
Los científicos analizaron a 212 pacientes que habían sido infectados por la bacteria y diagnosticados en el Complejo Hospitalario de Toledo. En total, 108 pacientes con Helicobacter pylori fueron tratados con terapia triple y 104 pacientes tratados con terapia concomitante durante 10 días. Para conocer el tipo de tratamientos previos que habían recibido los sujetos, los investigadores analizaron el historial clínico electrónico que contenía información sobre todas las prescripciones de los pacientes desde el año 2004.
Los autores observaron que la principal causa por la que los tratamientos fracasaban era porque los pacientes habían tomado previamente antibióticos macrólidos, como claritromicina o azitromicina, en años previos al tratamiento específico para erradicar la bacteria. Entre los pacientes estudiados, aquellos que no habían utilizado nunca antibióticos macrólidos tenían un 90% de probabilidades de disminuir los niveles de la bacteria y eliminar la infección.
En opinión de Valle, el estudio muestra la importancia de limitar la prescripción de antibióticos en los casos estrictamente necesarios para evitar que otros posibles tratamientos posteriores no tengan la eficacia deseada. Otros científicos del Hospital del Bierzo y de la Universidad Jaume I de Castellón también han participado en el estudio, como Alexander Jordán y Eva María Andrés, respectivamente.