Los expertos subrayan que la expansión se puede realizar de independientemente de si la paciente ha recibido radioterapia o no. El estudio explica que se ha basado en el análisis de reconstrucciones mamarias diferidas con esta técnica realizadas entre 2008 y 2015. En la investigación han participado 18 pacientes con mastectomía radical tras sufrir un cáncer: 5 pacientes radiadas y 13 no radiadas.

Los médicos han hecho distinciones a la hora de aplicar la expansión cutánea externa entre el tipo de tumor primario, TNM, vaciamiento axilar, la edad y si las pacientes habían recibido o no terapias adyuvantes. Las pacientes tenían entre 37 años y 64 años. Para valorar los resultados, los investigadores dividieron a las pacientes en 2 grupos: radiadas (5 pacientes), y no radiadas (13 pacientes), para poder evaluar el número de sesiones de tratamiento con LPG realizadas y las sesiones de lipotransferencia previas a la reconstrucción con prótesis.

La media de sesiones de LPG fue de 2 semanales, con un mínimo de 15 sesiones y un máximo de 35, y una duración de 35 minutos por sesión. La ganancia de elasticidad cutánea media obtenida fue de 3,25 centímetros en desplazamiento tangencial: la ganancia en pacientes sometidas a radioterapia fue de 2,42 centímetros frente a 3,56 centímetros en las no radiadas (un 46% menos). Las pacientes radiadas necesitaron una media de 6,4 sesiones más de tratamiento con LPG.

Este mismo grupo también necesitó 1,3 sesiones más de lipotransferencia: 2 sesiones en las radiadas frente a 0,76 en las no radiadas. Para las lipotransferencias, el máximo de sesiones necesarias para alcanzar un grosor cutáneo suficiente fue de 2 sesiones. La cantidad de grasa inyectada fue de 168 mililitros de media. El tiempo medio de la reconstrucción, desde el comienzo de la terapia de extensión cutánea exerna con LPG hasta el tatuaje de la areola, fue de 8 meses y 20 días.