“Ellos también se cuidan”; concretamente, cuidan de su alopecia, grasa localizada y envejecimiento facial según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) que ha lanzado una campaña bajo este lema para visibilizar el interés de los hombres por la cirugía estética. Según el estudio Impacto Social y Penetración de la Medicina Estética, el 18,4% de los tratamiento medicoestéticos en 2017 correspondieron a pacientes varones.
Se trata de una tendencia al alza, ya que en 2011 los hombres interesados en este tipo de intervenciones alcanzaban solo el 11,1%. De hecho, es posible que las cifras actuales sean incluso mayores: la percepción de los profesionales de cirugía estética, según la SEME, es que al menos 3 de cada 10 pacientes son hombres. La respuesta a este baile de cifras podría hallarse en la resistencia de muchos a hacer pública su experiencia.
“Sigue habiendo un debate sobre si someterse a un tratamiento médicoestético con el objetivo de mejorar u optimizar el proceso de envejecimiento es una frivolidad; por eso, muchas personas prefieren no contar que se han sometido a uno u otro tratamiento”, admite la doctora Petra Vega, presidenta de la SEME. “Creemos que, en el caso de los hombres, las presiones son aún más insistentes, pues la belleza se ha considerado históricamente una preocupación propia de mujeres; esto, por fortuna, está cambiando”.
¿Cómo es el hombre que se cuida?
Según los estudios de la SEME, el hombre que opta por tratamientos de cirugía estética tiene una media de entre 40 y 55 años, un nivel de ingresos medios o medio-altos y centra su preocupación en 3 cuestiones, por este orden: la alopecia, la grasa localizada y el rejuvenecimiento del rostro. “La Medicina Estética cuenta con un amplio rango de tratamientos que permiten solucionar o minimizar la mayor parte de los problemas estéticos que preocupan a la población masculina”, insiste el colectivo, que anima a los varones a acercarse y preguntar.
No obstante, acudir directamente a un centro médicoestético no suele ser una opción entre los hombres; según la SEME, el 60% de ellos prefiere autoinformarse a través de internet, incluso antes de consultar a un allegado. Sin embargo, el doctor Google no es la mayor amenaza a la salud de los pacientes. En los últimos años se ha incrementado notablemente la oferta de packs de viaje más tratamiento médicoestético; la intervención para la alopecia en Turquía es uno de los más populares.
Turquía: cirugía low-cost
“Cada vez nos encontramos más casos de pacientes, mayoritariamente hombres, que viajan a Turquía para someterse a tratamientos capilares y vuelven con secuelas irreversibles”, advierte Vega sobre una opción tan popular como arriesgada. La normativa vigente en otros países es “muy diferente” a la legislación de la Unión Europea y muchas veces, los medios y la tecnología utilizados no cuentan con todas las garantías. Además, al tratarse de un viaje exprés, el paciente no recibe seguimiento tras la cirugía.
“Hay que pensar que hay un amplio espectro de tratamientos capilares y que todos requieren de un seguimiento médico, pues cada paciente responde de una forma totalmente diferente a otro”, señala la doctora. “Los médicos estéticos tenemos la obligación de abrir una historia clínica antes del tratamiento y seguir la evolución de cada caso, para ir adaptando el tratamiento y tratar de minimizar las complicaciones y maximizar los resultados: No hacerlo puede provocar que los resultados finales estén muy lejos de ser satisfactorios”.