El presidente de la Secpre (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética), Cristino Suárez, ha declarado que, aunque la preocupación por verse bien es más alta en verano, hay que tener en cuenta que operarse en julio y agosto incompatibiliza el postoperatorio con ciertas actividades como bañarse en la piscina o tomar el sol.
Después de una mamoplastia, intervención que dura 2 horas aproximadamente y supone un postoperatorio de 3 semanas, se recomienda evitar el sol en el pecho durante los 3 meses siguientes para evitar cicatrices y prevenir infecciones. Antes de pasar por el quirófano, hay que hacerse una analítica, una exploración radiológica y cardiológica y un electrocardiograma.
Una vez realizada una liposucción, el paciente tendrá que llevar una faja durante un mes para disminuir la hinchazón de la zona. Si la operación se ha hecho en verano, las altas temperaturas pueden ser un inconveniente. Tampoco se recomienda tomar el sol durante unos meses si quedan hematomas, ya que la piel podría pigmentarse.
La rinoplastia, por su parte, supone un postoperatorio de 2 a 3 semanas. Después de esta intervención, hay que evitar lugares con mucha gente para no llevarse golpes y no conviene usar gafas de ver ni de sol. Tampoco hay que exponerse al sol, al igual que con el resto de intervenciones quirúrgicas.
Las precauciones con el sol deben extremarse después de un lifting facial, ya que la cara está muy vascularizada y pueden salir hematomas con mucha facilidad. Es preciso que el paciente no sea fumador porque el tabaco perjudica la vascularización y puede complicar el proceso de cicatrización.