Esa es la principal conclusión extraída del estudio realizado por la compañía biotecnológica Biópolis, la empresa de secuenciación genómica Lifesequencing y científicos de la Universidad de Valencia. En la investigación se han identificado más de 500 especies de bacterias de especial interés científico, pues tienen una gran capacidad para resistir a condiciones ambientales duras, especialmente de temperatura y radiación solar.
Gracias a este hallazgo, se podrían desarrollar “posibles aplicaciones en el sector cosmético, por ejemplo, en el desarrollo de cremas solares, que son el ejemplo más visible del potencial biotecnológico de este extraordinario ecosistema”, según afirma Daniel Ramón, director científico de Biópolis.
El estudio se realizó en 9 paneles solares ubicados en la Universidad de Valencia, donde se encuentra en parque fotovoltaico urbano más extenso de Europa. Durante tres años, se realizaron muestreos para evaluar su evolución, especialmente durante los solsticios de verano, y a mediodía, momento en el que se dan las condiciones más duras relacionadas con la radiación solar y la temperatura de los paneles fotovoltaicos, que llegan a alcanzar los 51 grados.
Por otra parte, se compararon las muestras obtenidas durante el día y durante la noche con el objetivo de verificar que las especies microbianas identificadas estuvieran ‘vivas’. Ello permitió conocer que los microorganismos presentes en los paneles solares tienen diferentes perfiles de proteínas de día y de noche.
Manuel Porcar, investigador de la Universidad de Valencia, explica que el ecosistema encontrado es similar al existente en los desiertos, más concretamente a un “auténtico desierto urbano, con oscilaciones tremendas de temperatura, alta irradiación y desecación continua”.
Conocer el mecanismo de defensa, así como las funcionalidades de las moléculas de estos microorganismos, facilitaría el posterior estudio de la producción industrial y sus aplicaciones en cosmética y dermatología, entre otras.