Según el trabajo, que publica la revista Seminars in Arthritis & Rheumatism, entre las mujeres con artritis psoriásica se identificaron un total de 42 embarazos, de los cuales 40 llegaron a término. Durante el proceso, el curso de la enfermedad se definió en 5 estados:
- Mejora.
- Empeoramiento.
- Baja actividad estable.
- Alta actividad estable.
- Mezcla.
Durante el periodo de embarazo, la afectación articular mantuvo una actividad baja o mejoró en el 58,5% de las mujeres con artritis psoriásica, mientras la afectación cutánea mejoró o se mantuvo estable a la baja en el 88,2% de las afectadas.
Tras el parto, el 52,5% se mantuvo estable o continuó la mejora articular, mientras el 40% empeoró en esta dolencia reumatológica. Así mismo, tras dar a luz, la afectación cutánea aumentó su actividad en el 42,9% de las madres.
Al comparar estos datos con los del grupo de control, “el análisis reveló un curso favorable de la afectación cutánea durante el embarazo en el grupo gestante”, concluye Dafna Gladman, autora principal del estudio. Por tanto, resume, “en comparación con los controles, la gestación tiene una influencia beneficiosa en la piel, pero no en las articulaciones”.