Los ratones permanecieron 91 días a bordo de la ISS, y cuando volvieron a Tierra se recogieron muestras para llevar a cabo un análisis detallado. Los científicos comprobaron que el espesor dérmico se había reducido y el procolágeno sintetizado se había incrementado, quizá debido a un aumento del metabolismo del colágeno.
Estos datos sugerían que la atrofia cutánea podía estar relacionada con la degradación paulatina de moléculas de procolágeno de nueva formación. Además, se observaron numerosos folículos pilosos en una etapa inicial de crecimiento en 3 ratones con una alta expresión de genes folículo pilosos.
Por el análisis de microarrays del espesor total de la piel se desprende que la exposición prolongada a las condiciones de microgravedad del espacio pueden llevar a padecer algún tipo de atrofia de la piel, a desregular el ciclo del folículo piloso y a afectar a los músculos cutáneos estriados.