Tal y como explican los autores, la paciente, de 31 años, consultó con el dermatólogo por unas lesiones axilares que habían progresado de forma lenta en los últimos 2 meses y que no mejoraban con el tratamiento tópico de corticoides y antifúngicos; refirió un cambio de desodorante.
Se realizó una exploración clínica y una biopsia de la lesión presente en la axila derecha, que era más evidente.
En la biopsia se apreciaba una epidermis acantósica con el estrato córneo engrosado, compacto y paraqueratósico, con presencia de gránulos de queratohialina; se apreció un discreto infiltrado linfocitario perivascular e intersticial en la dermis papilar. Los hallazgos eran compatibles con un diagnóstico de paraqueratosis granular.
Para algunos autores, la paraqueratosis granular no es una enfermedad, sino un patrón de reacción frente a ciertos estímulos. Respecto al tratamiento, no hay evidencia de una terapia farmacológica efectiva. Dado que en este caso había un posible elemento reactivo causante (el desodorante), se optó por retirar el producto. En una semana, la lesión remitió.