El Hospital Universitario La Paz ha organizado el Foro de Derecho Sanitario para exponer las principales problemáticas que tiene el adolescente y que influyen en su salud. Los especialistas han expuesto casos conflictivos en los que los menores son el centro de atención y en los que el profesional sanitario interviene para garantizar la protección de este y modificar su conducta. En el evento han participado médicos y especialistas en derecho para compartir los procedimientos de actuación.

Arancha Ortiz Villalobos, facultativa especialista en Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital Universitario La Paz, ha explicado que en los casos en los que el adolescente consume drogas, como la marihuana, y que acude a Urgencias por un coma etílico es necesario que colaboren tanto los profesionales de Atención Primaria como los pediatras para conocer si “es algo puntual o si tiene escasa supervisión y protección por parte de los padres”.

Embarazos y abortos no previstos

El embarazo no deseado es otro de los problemas que se han expuesto en el Foro de Derecho Sanitario. Este embarazo puede producirse por mantener relaciones sexuales con otros adolescentes o por abusos por parte de algún familiar, uno de los casos más frecuentes que acuden a consulta. Actualmente, entre los 16 y los 18 años una adolescente puede expresar su intención de querer abortar, pero bajo el permiso de sus padres.

“El aborto es un fracaso de todo el sistema”, ha explicado José Casas Rivero, responsable de la Unidad de Adolescencia del Hospital Universitario La Paz y jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Ruber Internacional. “No es distinto el aborto de una chica de 16 años que el de una de 18”, en ambos casos la persona suele carecer de la madurez suficiente para tomar ciertas decisiones y para afrontar esa situación, por lo que “va a necesitar el apoyo total y esa responsabilidad la tenemos los médicos”.

Buscar ayuda en los demás

En la misma línea, “una menor con anorexia o que amenaza con suicidarse no es madura”, por lo que no debería decidir por ella misma sobre las opciones terapéuticas que más le convienen, ha indicado Carmen Villanueva Suárez, psicóloga infantil y coordinadora del Grupo de Atención a la Patología Mental Infanto-Juvenil del Hospital Universitario Infanta Cristina. “Los que mejor le pueden ayudar son los padres y los profesionales”, pero “tienen que dejar que les ayudemos”.

No obstante, a pesar de que gran parte de la ayuda la deben buscar en la familia, hay casos en los que esta es el origen del problema. Existen situaciones en los que los propios padres o parejas de los padres abusan sexualmente de los menores, en cuyo caso algunos salen en su defensa para protegerles mientras que otros les quitan importancia o no dan credibilidad al testimonio de sus hijos. En estos casos, es el propio médico el que tiene que tomar partido para defender al menor.

Cuando la ayuda puede ser un problema

“Si no estás seguro de que va a estar suficientemente protegido en el núcleo familiar lo ingresas. Tanto si es voluntario el ingreso como si no lo es informamos al decanato” de la situación, ha explicado Ortiz Villalobos. Los profesionales sanitarios deben elaborar un informe y trasladarlo a la Fiscalía y a servicios sociales para que ellos tomen las riendas. Así, “la Fiscalía empieza una investigación, que no le corresponde al médico”, ha indicado Rosa María Henar Hernando García, vocal de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Madrid.

"A pesar de que pueda parecer inverosímil que una madre no proteja a su hija frente a un abuso sexual de un pariente cercano, estas situaciones aparecen cuando el sujeto que ha abusado de la menor es quien se encarga de mantener económicamente a la familia", ha declarado Luis Zarraluqui Navarro, abogado especializado en Derecho de Familia. En estas circunstancias, el médico debe proteger a la menor de manera delicada.

Como conclusión del Foro de Derecho Sanitario, se desprende que los facultativos deben estar muy atentos para proteger el secreto profesional con los menores y, al mismo tiempo, saber contar con los padres en los casos en los que estos puedan ser de ayuda. En caso contrario, y si los adolescentes alertan de problemas en el núcleo familiar, los médicos deben realizar un informe y trasladarlo a la Fiscalía para que estos intervengan y solucionen el problema de raíz, según han concluido los especialistas.