Los investigadores seleccionaron a 83 sujetos con diabetes tipo 2 que fueron divididos en 2 grupos de estudio. Uno de los grupos recibió una intervención metabólica intensiva donde se proporcionó un plan de ejercicio personalizado y un plan de comida en el que se reducía su consumo diario de 500 a 750 calorías al día. Además, estos sujetos recibieron medicamentos orales e insulina a la hora de acostarse para controlar sus niveles de glucosa en sangre.
Un grupo se sometió a la intervención durante 8 semanas, mientras que el otro fue tratado de manera intensiva durante 16 semanas. Después de la intervención, los individuos de ambos grupos dejaron de tomar medicamentos para la diabetes y se les animó a continuar con cambios en su estilo de vida. Estos 2 grupos de intervención fueron comparados con un grupo control de diabetes tipo 2 que recibió asesoramiento estándar sobre alimentación y estilos de vida saludable.
16 semanas, tiempo récord de remisión
A los 3 meses, 11 de cada 27 individuos del grupo de tratamiento de 16 semanas cumplieron con los criterios de HbA1C (hemoglobina glicosilada) para la remisión total o parcial de la diabetes, en comparación con 4 de 28 individuos del grupo de control. En el grupo de intervención de 8 semanas, 6 de 28 individuos cumplieron con los mismos criterios para la remisión completa o parcial de la diabetes.
“Esta investigación podría cambiar la forma de tratar la diabetes; de controlar únicamente la glucosa a establecer un enfoque en el que se induzca la remisión y el posterior control de pacientes ante cualquier signo de recaída”, subraya McInnes. Este enfoque “probablemente ofrece un descanso al páncreas y disminuye las reservas de grasa en el cuerpo. A su vez mejora la producción de insulina y su eficacia”, recalca.
Los investigadores decidieron utilizar metformina, acarbosa e insulina glargina, debido a que todos estos medicamentos han demostrado retardar o prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2, según describen los mismos. No obstante, consideran que “otras combinaciones de fármacos podrían inducir mejores tasas de remisión y deben ser estudiados de acuerdo a estos resultados”, concluye McInnes.