La variada composición nutricional de los alimentos germinados ha provocado que su ingesta se haya introducido poco a poco en la dieta actual. Así, las proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales y antioxidantes que contienen hacen de ellas una fuente de compuestos bioactivos beneficiosos para la salud.
Entre todos los antioxidantes que proporciona se encuentra la melatonina. Bajos niveles de esta sustancia están relacionados con enfermedades crónica como la cardiovascular, obesidad, diabetes o insomnio.
Por eso la melatonina está indicada para mejorar la calidad de sueño tal y como declara la European Food Safety Authority (EFSA), que ha aprobado su uso con las siguientes recomendaciones: mejorar los síntomas derivados del jet-lag y minimizar el tiempo de espera para quedarse dormido.
Numerosos estudios también reconocen los efectos beneficiosos de la melatonina como sus características de antienvejecimiento, inmunomodulación, regulación hormonal y reducción del riesgo de cáncer. Por este motivo, una dieta rica en melatonina podría mejorar la respuesta ante el estrés oxidativo.
Hasta el momento no se han realizado investigaciones en las que se emplee el consumo de germinados de judía para incrementar el contenido de melatonina. Este estudio, publicado en la revista Food & Function, muestra cómo la ingesta de germinados de judía puede elevar los niveles plasmáticos de melatonina en sangre, como los alcanzados al tomar suplementos dietéticos de melatonina sintética.
Los niveles se midieron mediante la técnica ELISA (acrónimo de ‘Ensayo por inmunoadsorción ligado a enzimas’, por sus siglas en inglés). También se analizaron las cantidades de 6-hidroxisulfato de melatonina, un metabolito característico de la melatonina en la orina y que advierte de la presencia de ésta en la sangre.
“Debido a que los niveles de melatonina en alimentos vegetales son generalmente bajos, la utilización de estos germinados de judía resulta especialmente interesante en los ámbitos de la alimentación y la salud, lo que puede propiciar la búsqueda de nuevas vías de producción y desarrollo de ingredientes alimentarios”, afirma Mª Ángeles Martín Cabrejas.