Un 11% de las participantes se encontraban en un puesto de trabajo clasificado como posible o probablemente expuesto a los disruptores endocrinos. Estos compuestos químicos alteran la regulación hormonal y provocan consecuencias negativas para la salud como cánceres de mama, próstata y testículo, diabetes, obesidad o una reducción de la fertilidad, informa la agencia SINC.
Los disruptores endocrinos se encuentran en los alimentos y en los productos de consumo, pero en pequeñas cantidades, según asegura Martine Vriheid, investigadora del ISGlobal y coordinadora del estudio. “La población en general está expuesta a pequeñas concentraciones de disruptores endocrinos a través de los alimentos y de productos de consumo, aunque en determinados casos se dan a exposiciones más altas en el ámbito laboral”, afirma.
Estudios anteriores habían relacionado la exposición a disruptores endocrinos con una disminución en el crecimiento fetal. Está comprobado que los factores ambientales inciden en el desarrollo del feto por su especial vulnerabilidad, ha explicado Laura Birks, primera autora del estudio. Sin embargo, hasta la fecha existían pocos estudios sobre la exposición materna ocupacional a estos compuestos químicos, ha añadido.
Los resultados del estudio han puesto de manifiesto que las trabajadoras embarazadas expuestas a uno o más grupos de disruptores endorcrinos eran un 25% más propensas a dar a luz a un bebé con bajo peso al nacer. Este riesgo era mayor cuanto mayor era el número de disruptores endocrinos a los que se veían expuestas las mujeres.