La vuelta al trabajo puede generar un estrés que acaba afectando a la salud, sobre todo en el caso de las personas con diabetes, ya que en situaciones estresantes es más difícil controlar la enfermedad, tal y como recuerda Serafín Murillo, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas-Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (CIBERDEM-IDIBAPS) del Hospital Clínic de Barcelona.
“La relación entre el estrés y la diabetes es muy directa. Una de las causas principales de empeoramiento de la diabetes suele deberse a episodios de estrés”, dice el experto.
Según explica la compañía farmacéutica Roche en un comunicado, el estrés es la respuesta normal del organismo ante una situación que considera peligrosa o amenazante. Para prepararse, el cuerpo experimenta una serie de cambios, como la caída de los niveles de insulina y la subida de los niveles de glucosa y hormonas de estrés, que hacen que los tejidos sean menos sensibles a la insulina.
“En pacientes con diabetes tipo 2, el estrés puede hacer que suba el azúcar en sangre y que se vuelva difícil de controlar. Sin embargo, en los pacientes del tipo 1, sus efectos son más variados, ya que, aunque en la mayoría de ellos el nivel de glucosa aumenta, es posible también que disminuya”, explica Murillo, de acuerdo con el cual es fundamental “mantener a raya el estrés” para evitar problemas.
“Si es elevado y se presenta de forma repetitiva en personas con diabetes, puede contribuir a que se den complicaciones como daño renal, retinopatía diabética, dolor neuropático y ulceraciones en los pies”, asegura el investigador, quien recuerda también que el estrés eleva la presión arterial, lo cual supone un importante factor de riesgo coronario importante para quienes tienen hipertensión. “El estrés -incide- es un problema por partida doble para las personas con diabetes”.
Según el experto, las situaciones de estrés no solo hacen que se libere glucosa en la sangre, sino que además pueden fomentar malos hábitos alimentarios y falta de autocuidado. Esto, añade, repercute de manera negativa en la calidad de vida del paciente, que puede prevenir problemas practicando deporte o realizando ejercicios o terapia de relajación. Para mejorar los niveles de glucosa es importante también llevar a cabo un control continuo de los niveles en sangre, que puede realizarse con un glucómetro tradicional o con otros dispositivos más novedosos, como el sensor implantable de glucosa de Roche Diabetes Care.
Se trata de una cápsula que se coloca en la parte superior del brazo y recoge datos que se acumulan en un transmisor; este genera alertas vibratorias cuando los niveles de glucosa son demasiado bajos o altos, además de enviar información a una aplicación móvil desde la que el usuario puede consultar las lecturas en tiempo real. El dispositivo permite realizar mediciones durante 6 meses, “12 veces más que cualquier otro dispositivo disponible en Europa”, según Roche.