«El aumento del índice de masa corporal (IMC) está directamente relacionado con un incremento de las tasas de revisión de los procedimientos quirúrgicos y con complicaciones postoperatorias tras la artroplastia del hombro», asegura Eric R. Wagner, autor del estudio e investigador en la Clínica Mayo.
En el estudio, los investigadores registraron varios procedimientos de artoplastia de hombro con el objetivo de tratar el dolor y mejorar la pérdida de función de la articulación provocada como consecuencia de la artritis, entre otras condiciones. El 43% de las 4.567 artoplastias de hombro registradas se correspondían con personas obesas (con un IMC superior o igual a 30).
Infecciones y reintervenciones
En total, 302 pacientes necesitaron una cirugía de revisión debido a fallos mecánicos como un aflojamiento del implante. Otros 62 casos necesitaron una reintervención sin revisión. Los investigadores observaron que los pacientes con obesidad tenían más probabilidades de requerir estos 2 tipos de intervención.
Los pacientes con un IMC de 30 o superior, tenían un 5% más de riesgo de reintervención y de cirugía de revisión por fallo mecánico y un 9% más de riesgo de infección superficial de la herida quirúrgica por cada unidad de IMC adicional. No obstante, la obesidad no estaba relacionada con tromboembolismos, como sucede en pacientes obesos sometidos a reemplazo de cadera o rodilla, explican los investigadores.
Los científicos consideran que el aumento de riesgo de infección podría estar relacionado con las alteraciones del sistema inmunológico que tienen las personas con sobrepeso y con el “espacio muerto” que se crea por el exceso de tejido graso. Los autores del estudio estiman que estos hallazgos podrían informar mejor a médicos y pacientes sobre los riesgos y beneficios de la artoplastia de hombro en sujetos con obesidad.