Este enfoque es más complejo en ratones debido a que la aplicación de trasplantes de piel está mejor desarrollada en seres humanos que en ratones. “Tardamos unos años en optimizar el cultivo de piel de ratones en tejidos en 3D”, asegura Xiaoyang Wu, autor del estudio e investigador en la Universidad de Chicago, quien explica las dificultades que encontraron para poder realizar el estudio en roedores.
Wu afirma que han logrado una tasa de éxito de trasplante de piel superior al 80% en una enfermedad que, aunque no es de la piel, puede tratarse a través de la administración cutánea de proteínas. Para conseguir esas tasas, los autores introdujeron un gen para el péptido 1 similar al glucagón (GLP1), una molécula de señalización para hacer que el páncreas libere insulina.
La insulina extra elimina la glucosa excesiva del torrente sanguíneo y evita las complicaciones de la diabetes. Además, GLP1 también puede retrasar el vaciado gástrico y reducir el apetito, según explican los investigadores. Por este motivo, los investigadores decidieron utilizar la terapia génica Crispr para modificar el gen implicado en GLP1.
“Nuestros datos sugieren que la terapia génica cutánea con expresión de GLP1 se puede utilizar para el tratamiento y la prevención de las patologías inducidas por la dieta, como la obesidad", aseguran los autores. Cuando trasplantaron células humanas modificadas a ratones con un sistema inmunológico limitado, los investigadores observaron el mismo efecto. Estos resultados sugieren que “la terapia génica cutánea, utilizada para segregar GLP1, podría ser práctica y clínicamente relevante”.