Pocos estudios han evaluado los efectos de la testosterona a largo plazo en hombres con hipogonadismo. Por este motivo, la Boston University Schools of Medicine (BUSM) and Public Health (BUSPH) ha analizado estos efectos comparados con una serie de parámetros como la obesidad, los niveles de colesterol, la diabetes o la función del hígado, que contribuyen a desencadenar enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores analizaron a 656 hombres con hipogonadismo que estaban en tratamiento con testosterona y habían tenido cefalea tensional, y lo compararon con otro grupo de hombres que habían estado sin tratamiento durante el mismo periodo de tiempo: 8 años, que formaron parte del grupo control.
Reducción de muertes y problemas cardiovasculares
En el grupo con tratamiento de testosterona se produjeron 2 muertes no relacionadas con eventos cardiovasculares, en comparación con las 21 muertes del otro grupo que sí estaban relacionadas con problemas cardiovasculares. Además, se produjeron 26 infartos de miocardio no mortales y 30 accidentes cerebrovasculares en el grupo control, mientras que no se produjo ninguno en el que estaba en tratamiento.
Según indican los investigadores, la cefalea tensional puede ser una garantía de que existe una buena función cardiometabolica y de que haya menos probabilidades de sufrir eventos cardiovasculares en aquellos hombres con hipogonadismo que están en tratamiento con testosterona.
“Los leves eventos cardiovasculares observados en el grupo sometido a un tratamiento de testosterona, en comparación con el grupo control, sugieren que esta hormona es protectora. El efecto protector de la testosterona en el sistema cardiovascular proporciona a los médicos la oportunidad de utilizar este enfoque para fomentar medidas preventivas en hombres con hipogonadismo que tengan antecedentes de episodios cardiovasculares”, explica Abdulmaged M. Traish, uno de los investigadores del estudio.