Con motivo del Día Nacional de la Nutrición, celebrado el pasado lunes 28 de mayo, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha destacado el papel fundamental de las legumbres y la dieta mediterránea en la prevención de la debilidad muscular y el estado de fragilidad en el anciano. Según explican los expertos en una nota de prensa, estos alimentos de alto contenido energético y bajo índice glucémico son especialmente beneficiosos para ancianos en riesgo cardiovascular.
“Las legumbres contienen fibra, proteína vegetal, vitaminas y minerales”, explica la doctora Rosa López Mogil sobre un grupo básico de alimento que forma parte de la mayoría de los patrones dietéticos saludables y que desempeña un papel importante en la modificación del riesgo cardiometabólico. “El efecto saciante de la fibra y la proteína ayuda en el manejo del peso y la lucha contra la obesidad”, especifica la coordinadora del Grupo de Alimentación y Nutrición de la SEGG.
“El alto contenido en fibra y el bajo índice glucémico de las legumbres ayudan a los ancianos con diabetes a mantener los niveles adecuados se glucosa e insulina en la sangre”, añade la experta. “Se suele decir que el índice glucémico es la velocidad con la que los alimentos ricos en hidratos de carbono se absorben y elevan la glucemia”, recuerda la nota de la SEGG; “un alimento con un índice reducido contribuye a evitar picos elevados de glucosa”.
Además, las legumbres son un producto asequible y sostenible desde el punto de vista ambiental y económico. Por todo ello, Mogil recomienda un consumo frecuente, de 3 o 4 veces semanas y unos 150 gramos en cada porción. “En el contexto de una dieta mediterránea, el consumo de legumbres proporciona beneficios en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo 2 en personas mayores con alto riesgo cardiovascular”, recuerda geriatra sobre un alimento que también contribuye a prevenir la debilidad muscular en ancianos.