El médico indica que nuestra boca acoge más de 100 millones de bacterias por milímetro, entre las cuales se han registrado más de 600 especies diferentes. “Un simple bostezo o aspirar por la boca basta para que millones de bacterias se cuelen y se instalen cómodamente en la cavidad bucal, ya sea en los dientes, encías, lengua o saliva”.
El cuerpo humano alberga microorganismos en todas partes, principalmente bacterias. La piel, la boca, el intestino y el aparato excretor y reproductor son los que más organismos concentran. Pese a ello, el director médico de Vitaldent explica que “la gran mayoría de estas son beneficiosas y actúan para evitar el crecimiento de las bacterias patógenas. La cantidad de estas últimas depende de las condiciones de salud del individuo y del índice de placa bacteriana”.
Por consiguiente, “una mala higiene de la salud bucodental puede desencadenar un mayor asentamiento y proliferación de bacterias patológicas, que a su vez pueden afectar a órganos vitales como el corazón, el cerebro, los pulmones, los riñones o las articulaciones” apunta Camañas.
Los dientes y las encías son los lugares perfectos para el crecimiento de las bacterias, ya que acumulan mucha cantidad de nutrientes que favorecen el crecimiento de la placa bacteriana. “Si no mantenemos una buena higiene bucodental, la placa bacteriana se endurecerá hasta convertirse en sarro y provocar la aparición de enfermedades periodontales” indica Gustavo Camañas.