El envejecimiento es el principal factor de riesgo de cualquier patología, de acuerdo con el bioquímico Juan Carlos Izpisúa Belmonte, que dirige el Laboratorio de Expresión Génica Roger Guillemin del Instituto Salk de Estudios Biológicos de Estados Unidos y ha participado este mes en el ciclo Conversaciones en Salamanca – Comprendiendo el envejecimiento, de la Fundación General de la Universidad de Salamanca (USAL).
Según recoge la agencia EFE, el bioquímico aseguró en rueda de prensa que se está empezando a comprender el proceso de envejecimiento humano, un avance especialmente importante a nivel tecnológico. En ese sentido, recordó que no solo es posible leer el genoma humano, sino “escribirlo, borrarlo y, por lo tanto, modificar el destino de una célula en el organismo”.
Al hilo, el científico confió en que estos avances en torno al envejecimiento ayuden a “retrasar la aparición” de cualquier dolencia. Así, por ejemplo, podría plantearse la sustitución de las células que dejan de funcionar de forma adecuada como abordaje del alzhéimer o el párkinson. El problema, dijo, es que el avance en el uso de las células madre “no ha sido tan rápido como se esperaba”.
Creación de órganos
Esto, en opinión de Izpisúa, se debe a que no se sabe cómo crear una neurona funcional en el laboratorio. En el suyo, dijo, están intentando que “el animal, la naturaleza” lo haga por ellos. Además, se podrían crear órganos usando animales, para lo cual se necesitan “huéspedes que tengan los órganos más grandes”, como vacas, ovejas y cerdos, en lugar de ratas y ratones, que son los “animales estándar” de laboratorio.
Por otro lado, el científico destacó que el envejecimiento tiene que ver también con la interacción con el medio ambiente, por lo que pautas como “no comer mucho, andar, tomar vitamina C y reducir el estrés son factores que activan y desactivan genes de una manera distinta".
Por último, el bioquímico lamentó que la investigación “no sea una prioridad en España”, lo cual considera “decepcionante y triste” pese a la sanidad pública “realmente excepcional” con la que cuenta frente a casos como el de Estados Unidos. Al otro lado se encuentra China, un país que ahora domina en el mundo la investigación cuando hace “muy poquito tiempo” ni siquiera podían pronunciar ese vocablo.