Según recoge medicosypacientes, en el trabajo participaron casi 1.500 mujeres de entre 64 y 95 años que completaron una serie de cuestionarios; además, les colocaron un acelerómetro en su cadera derecha 7 días consecutivos durante las horas de vigilia y de sueño para registrar sus movimientos.

Las mujeres que realizaban menos de 40 minutos de actividad física de moderada a intensa al día y que permanecían sedentarias 10 horas al día tenían los telómeros más cortos. El acortamiento de los telómeros está asociado naturalmente al envejecimiento celular; factores como la obesidad y el tabaquismo pueden acelerar ese proceso.

De acuerdo con el autor principal, Aladdin Shadyab, en mujeres sedentarias “la edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica”. Esto no se daba en las ancianas que estaban sentadas durante mucho tiempo pero se ejercitaban al menos 30 minutos diarios.

“Los mensajes sobre los beneficios del ejercicio deben comenzar cuando somos jóvenes y la actividad física debe seguir siendo parte de nuestra vida cotidiana a medida que envejecemos, incluso a los 80 años”, concluye el investigador.