La investigación ha mostrado que, durante la senescencia, se produce un incremento de la secreción de citocinas y quimiocinas, lo cual puede dar lugar a efectos perjudiciales de carácter pro tumorigénico. Concretamente, los investigadores del Winstar Institute han identificado que la proteína HMGB2 juega un papel importante en la expresión de las citocinas y las quimiocinas, ya que, reduciendo la cantidad de dicha proteína se suprime la expresión de estos factores.
Estos resultados sugieren que pueden existir formas de promover los efectos positivos de la senescencia a la vez que se suprimen los negativos. El director del estudio, Rugang Zhang, y su equipo se centró en la cromatina, la estructura celular responsable de mantener el ADN en las células.
Durante la senescencia, parte de la cromatina se reorganiza en focos de heterocromatina asociada a la senescencia (SAHF). Cuando esto ocurre, los genes responsables de promover la proliferación del cáncer se silencian, mientras que la expresión de las citocinas y las quimiocinas aumenta.
La proteína es clave para regular los efectos positivos y negativos de la senescencia
“Al producirse la senescencia se producen 2 fenómenos”, ha explicado Zhang. “Uno de ellos le ayuda a detener la progresión del tumor mientras que el otro provoca un aumento en las citocinas inflamatorias y quimiocinas lo cual es potencialmente dañino”, ha añadido. Tras estos resultados, los científicos analizaron un conjunto de proteínas conocidas como proteínas del grupo de alta movilidad.
Estas proteínas son las encargadas de alterar la arquitectura de la cromatina para regular la transcripción de genes. La HMGB2 es una de estas proteínas. La investigación mostró que la proteína HMGB2 promueve la expresión del gen SASP (responsable de la secreción de las citocinas y las quimiocinas). Cuando silenciaron la proteína, los genes SASP también fueron silenciados, lo que sugiere que los efectos perjudiciales de la senescencia pueden ser anulados mediante la inhibición de HMGB2.