De acuerdo con los autores, la discapacidad y el deterioro funcional en personas mayores se asocian con un aumento de la mortalidad y los costes. El trabajo tenía como objetivo determinar si ese deterioro funcional podía estar relacionado no ya con la hospitalización, sino con las visitas a urgencias.
En el estudio participaron 754 personas de 84 años de media a las que se realizó una entrevista mensual durante un periodo que podía llegar a 14 años. Se compararon 813 visitas a urgencias con otras tantas visitas de control, evaluando el curso de la incapacidad durante los 6 meses siguientes.
También se comparó el primer grupo con otro formado por ancianos hospitalizados después de la visita a urgencias y se midieron la admisión a una residencia y la mortalidad como resultados secundarios. La discapacidad se registró con puntaciones de 0 a 13.
Durante los 6 meses de seguimiento tras la visita a urgencias, los miembros de este grupo registraron puntuaciones de discapacidad significativamente más altas que el grupo de control. Asimismo, los que fueron hospitalizados, registraron puntuaciones más altas que los que solo estuvieron en urgencias. La admisión en una residencia y la mortalidad fueron más altas en el grupo de urgencias que en el de control.
“A pesar de no ser tan debilitantes como una hospitalización aguda, las enfermedades y lesiones que llevan a visitar urgencias sin hospitalización se asociaron con un descenso clínicamente significativo del estado funcional durante los 6 meses siguientes, lo que sugiere que ese tiempo representa un periodo vulnerable para las personas mayores de la comunidad”, concluyen los autores.