Según explica en una nota, varios estudios aseguran que la fragmentación del ADN de los espermatozoides puede reducir la fertilidad de los hombres, provocar abortos en embarazos y generar problemas de salud en los recién nacidos. La incidencia varía en función de los genes afectados.
Respecto a las causas de ese daño en el ADN de los espermatoides, el experto apunta a un origen multifactorial, muy relacionado con el lugar y el estilo de vida.
Reducir el estrés, tomar alimentos ricos en vitamina C y practicar relaciones sexuales con regularidad son algunas de las medidas que se pueden tomar para mejorar la calidad del esperma, de acuerdo con Tesarik, según el cual también es posible recurrir a tratamientos médicos variados.
“Con los métodos actualmente disponibles, es posible tener un hijo en la gran mayoría de los casos con el ADN de los espermatozoides dañado, sin o con el recurso a la reproducción asistida” afirma el especialista, que recuerda que hace años que se publican artículos científicos que alertan sobre el deterioro de la calidad de los espermatozoides.
Esta teoría, sin embargo, debería confirmarse a través de un estudio realizado con los mismos métodos de análisis durante un periodo largo con hombres de la misma edad, elegidos aleatoriamente y no condicionados por factores externos. El equipo del doctor Tesarik ha recogido y evaluado sistemáticamente desde hace más de 20 años el ADN de los espermatozoides de pacientes con problemas de fertilidad. Sus datos confirman la teoría.
“Demuestran que hoy los hombres de la misma edad sufren más daño en el ADN de los espermatozoides que los de hace 20 años. Se trata de un deterioro progresivo, lento pero evidente”, concluye el investigador.