El estrés de la madre puede provocar que el feto desarrolle una enfermedad mental o física a largo plazo, señalan los autores del estudio. El mecanismo que hace que el estrés de la madre afecte al feto aún no se ha descrito de forma clara, apuntan. Otro de los hallazgos de esta investigación es que el estrés físico de la madre puede cambiar el metabolismo en la placenta e influir en el crecimiento del feto.
Cuando una persona está estresada, explica el estudio, el organismo libera hormonas para soportar esta situación, como la hormona liberadora de corticotropina, y como resultado se incrementan los niveles de la hormona del estrés (cortisol). Este mecanismo se desencadena también durante el embarazo, y la placenta, que aporta nutrientes al feto, transmite la hormona corticotropina.
La consecuencia de este proceso, señala la investigación, es que una parte de esta hormona liberada se introduce en el líquido amniótico y afecta al metabolismo del feto. Esta mayor concentración de la hormona del estrés acelera el crecimiento del feto.
El investigador principal, Pearl La Marca-Ghaemmaghami, concluye que “el estrés de la madre, si se mantiene durante un periodo prolongado, incrementa el nivel de hormonas liberadoras de corticotropina”.