El déficit de ácido fólico y otras vitaminas del grupo B, que controlan que la homocisteína no se dispare, son el origen de malformaciones o algún tipo de alteraciones morfológicas en el sistema nervioso de los bebés, como por ejemplo la espina bífida.
Los investigadores han observado que los hijos de madres con un alto nivel de homocisteína en la preconcepción, tuvieron rendimientos más bajos en pruebas de neurodesarrollo a los 4 meses y en pruebas cognitivas a los 6 años, pese a estar sanos.
Ciertos aspectos que nada tenían que ver con el alto nivel de homocisteína también fueron contemplados; entre ellos el nivel educativo de la madre, los hábitos sociales o el estilo de vida del niño durante los 6 primeros años de vida.
Ácido fólico hasta el final del embarazo o no
Con estos datos se ve necesario, según informa la Comunidad de Madrid, aconsejar a las mujeres que quieren tener hijos que tomen ácido ácido fólico unos meses antes de concebir y durante el primer trimestre del embarazo. También se abre el debate de si sería beneficioso seguir consumiendo ácido fólico hasta el final del embarazo o no, independientemente del cierre del tubo neural
El estudio se llevó a cabo con 71 niños de 4 meses y 80 niños y niñas de 6 años. Sus madres fueron entrevistadas para recoger los datos sobre sus costumbres y forma de vida antes, durante y cuando nacieron los bebés.
En cada una de las entrevistas se analizó, además, si había un alto nivel de homocisteína. Luego, se evaluó la personalidad, el grado de ansiedad de la madre antes y después de la gestación y, por último, se realizó una evolución psicológica de los niños con las escalas de Bayley y de Wechsler.