Las terapias CAR-T constituyen una “auténtica revolución” en el tratamiento de patologías de la sangre muy graves. En ello han coincidido los participantes en el Encuentro multidisciplinar de terapias avanzadas CAR-T: avanzando sin riesgos. El evento está organizado por la Fundación Gaspar Casal, con la colaboración de Novartis Oncology. En él intervinieron expertos de distintos campos.
Según la fundación, las terapias CAR-T están modificando el pronóstico de muchas patologías oncohematológicas. No obstante, constituyen un reto para los sistemas sanitarios a nivel asistencial, científico, estratégico y legislativo. Esos puntos son los que se han debatido en el citado encuentro. En él ha participado, entre otros, la catedrática de Medicina Legal María Castellano.
Para el experto en Derecho Sanitario Julio Sánchez Fierro, las terapias CAR-T hacen necesario un análisis y aprendizaje conjunto. “Hay muchas cuestiones organizativas asociadas que requieren respuestas desde los planos ético y legal. Conviene abordarlas cuanto antes, con el fin de hacer frente situaciones de incertidumbre para pacientes y profesionales sanitarios”, ha señalado.
“Representan un cambio de paradigma, lo que implica la necesidad de incrementar la formación científica y asistencial de los sanitarios que han de manejar estos medicamentos. Asimismo, se trata de un aprendizaje en cascada desde las autoridades regulatorias, agentes legislativos locales, hasta llegar a médicos y farmacéuticos que finalmente manejarán directamente el medicamento, previamente autorizado”, ha apuntado, por su parte, Francisco Zaragozá, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá.
Terapias CAR-T en España
Desde noviembre, las terapias CAR-T pueden usarse en pacientes de hasta 25 años con leucemia linfoblástica aguda. También en adultos con linfoma B difuso de célula grande. En concreto, con tisagenlecleucel (Kymriah®, de Novartis). Esta es la primera y única terapia este tipo incluida en la financiación del Sistema Nacional de Salud (SNS) español. Su eficacia se ha demostrado antes de su incorporación al sistema.
“Este tipo de terapias necesitan de una regulación minuciosa, exigente y rigurosa debido a su complejidad. A partir de ahí, conviene tener muy presente que la llamada vía académica es una excepción a las reglas generales de la Unión Europea. Y que tal excepción solo será admisible caso a caso y siempre que lo autorice la Agencia Española de los Medicamentos (AEMPS). De modo que no sería lógico que en España acabase convirtiéndose en la vía general y preferente de acceso a las CAR-T”, ha apuntado Sánchez Fierro.
Las terapias CAR-T son tratamientos que se crean de manera individualizada para cada paciente. Esto implica un proceso de producción de alta complejidad. Se modifican los linfocitos T del paciente fuera del organismo para que, al ser reinfundidos en la sangre del paciente, sean capaces de reconocer y destruir las células cancerosas.