Los antipsicóticos de primera generación y de segunda sirven para controlar los síntomas de esquizofrenia. Sin embargo, hay pacientes que no responden al primer grupo. Investigadores brasileños han descubierto que hay genes que interfieren en la respuesta al tratamiento en gusanos. El hallazgo podría ser la base para entender la resistencia a dichos fármacos. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry.
Tal y como recoge madri+d, la esquizofrenia es un trastorno mental que no tiene cura. Para controlar los síntomas, se utilizan antipsicóticos de primera generación y segunda. Estos fármacos actúan sobre el sistema nervioso, bloqueando 2 neurotransmisores que tienen papeles importantes a nivel cerebral. En concreto, los primeros -llamados típicos- actúan sobre los receptores de dopamina. Por su parte, los segundos -atípicos- lo hacen sobre los receptores de serotonina.
En ciertos pacientes, los antipsicóticos típicos no funcionan. El estudio, coordinado por Mirian Hayashi, buscaba una posible explicación a esa resistencia al tratamiento. Según la investigadora, se sabe que las personas con esquizofrenia presentan niveles más bajos de actividad de la enzima NDEL1. En el caso de las personas con resistencia al tratamiento, la actividad de esa enzima es todavía menor.
NDEL1 y los antipsicóticos de primera generación
El estudio confirma que NDEL1 puede estar relacionada con el desarrollo de la esquizofrenia. Para hacerlo, tuvieron que usar una alternativa a los modelos animales habituales, es decir, roedores. “Los embriones de roedores que no expresan la NDEL1 no son viables, es decir que no se desarrollan en el útero”, explica la científica. La alternativa fue usar el gusano Caenorhabditis elegans. Este invertebrado no tiene el gen que codifica NDEL1, pero cuenta con genes similares.
En los mamíferos, los genes NDE1 y NDEL1 tiene una función esencial en la formación cerebral. Asimismo, intervienen en la orientación de las prolongaciones neuronales. En el caso de los gusanos, estas funciones las codifican los genes NUD-1 y NUD-2. Se usaron gusanos no modificados y gusanos modificados para suprimir ambos genes. Después, se trató a los animales con antipsicóticos de primera generación, de segunda y con una solución salina.
Se midieron la frecuencia del movimiento, la oviposición y el bombeo faríngeo de los animales, ya que son características controladas por neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Los resultados sugieren que la ausencia de NUD “puede interferir en la respuesta de los fármacos”. En consecuencia, los investigadores entienden que la actividad de NDEL1 podría predecir la respuesta al tratamiento.