Células madre mesenquimales mejoran la preservación de pulmones donados.

La preservación de pulmones donados mejora gracias a un tratamiento con células madre. El CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) ha realizado un ensayo con animales y células madre mesenquimales. Tal y como indica, con esta investigación comprobó el efecto antiinflamatorio de estas células derivadas del cordón umbilical humano.

Científicos del CONICET han logrado mejorar la preservación de pulmones donados gracias a esta técnica. Esto permitirá aumentar la cantidad de pulmones disponibles para salvar vidas, explica el centro. La investigación se ha publicado en Stem Cells Internacional. El CONICET recuerda que Argentina modificó la ley que regula la donación de órganos hace un año. La nueva norma establece que toda persona mayor de edad, salvo que exprese su voluntad contraria, es donante de órganos.

Aunque ha aumentado la concienciación con respecto a la donación, el CONICET asegura que la ley apenas ha tenido impacto en el trasplante de pulmón. De promedio se realizan 40 trasplantes pulmonares al año. A juicio del CONICET, es una cifra insuficiente porque en la actualidad hay más de 230 pacientes en lista de espera. De hecho, el CONICET afirma que las estadísticas internacionales demuestran que cerca del 40% de los pacientes que necesitan un trasplante de pulmón no llegan a conseguirlo.

Criterios para la selección

La escasez de pulmones se debe, según el CONICET, a que se deben cumplir unos criterios de selección muy estrictos. El pulmón es un órgano muy complicado de conservar, de ahí que el objetivo haya sido mejorar la preservación de los pulmones donados. Es sencillo que se dañe durante el proceso de obtención, explica el centro de investigación argentino.

“Es muy difícil preservar su funcionalidad en niveles óptimos para implante”, añade el CONICET. Tal y como destaca, solo el 8% de los pulmones donados en Argentina llegan a implantarse.

El trabajo fue desarrollado en el Laboratorio de Regulación Génica y Células Madre del Instituto de Medicina Traslacional, Trasplante y Bioingeniería del CONICET, dirigido por Gustavo Yannarelli. También colaboró el grupo de Martin Marcos, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata. El investigador Alejandro Bertolotti, del Hospital Universitario Fundación Favaloro también participó.

Efecto antiinflamatorio

Los investigadores sabían que las células madre mesenquimales del cordón umbilical tiene propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras. “Desde que se obtiene el órgano hasta que se implanta pasan alrededor de 6 y 8 horas”, explica Natalia Pacienza. La investigadora del CONICET apunta que durante ese tiempo el órgano está en isquemia, es decir, no tiene circulación ni tampoco está ventilando.

En esta situación, se produce un desbalance oxidativo en el órgano que deriva en infiltrado celular y edema. Pacienza asegura que, para contrarrestar estos efectos, suministran células madre mesenquimales al pulmón. Estas células evitan estos eventos dañinos y maximizan la preservación de los pulmones donados, afirma el CONICET.
Preservación de pulmones donados

Los científicos trabajaron con un modelo animal para imitar las diferentes etapas que atraviesan los órganos donados antes de ser implantados. Los investigadores simularon un periodo inicial de isquemia caliente, momento en el que administra la terapia celular. A continuación, se produjo un periodo de isquemia fría y, por último, un periodo de perfusión pulmonar ex vivo con ventilación mecánica.

Los resultados demostraron que el tratamiento de los pulmones con células madre disminuye de manera significativa la inflamación y el daño oxidativo. Tal y como detalla Yannarelli, la terapia celular protege los pulmones del daño isquémico y pone en evidencia su enorme potencial terapéutico en el área de preservación de órganos.

Los investigadores recalcan que, los pulmones que no fueron tratados con células madre, perdieron aproximadamente un 60% de la distensibilidad pulmonar. Sin embargo, los que sí fueron tratados perdieron solo el 30%. El CONICET asume que la isquemia va a seguir ocurriendo, porque no se puede evitar, pero se preservó mejor tejido pulmonar.