Yayri Caridad Prieto, investigadora del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la Habana, ha explicado que la vacuna muestra indicios de eficacia, pero “no cura la enfermedad”. “El objetivo es llegar a sustituir la actual terapia tripartita, consistente en la combinación de varios métodos que impiden el desarrollo del VIH, de gran efectividad porque los inhibidores retrovirales bloquean la expansión del virus”, ha detallado.
La aplicación de la vacuna diseñada por Cuba se realiza simultáneamente por 2 vías: intramuscular y mediante un espray que penetra en las mucosas. Los estudios preclínicos en animales de laboratorio y las pruebas realizadas en un reducido grupo de humanos han demostrado que con la vacuna se potencia la respuesta inmune del organismo y disminuye la carga viral en las células CD8.
No obstante, la investigadora ha subrayado que este proyecto se demorará varios años para llevar a cabo investigaciones a través de fases superiores de ensayos con un mayor número de personas seropositivas en los que se probará la “eficacia a gran escala” y de manera integral para determinar si se continúa o no con el proyecto.